haberte esperado…

En el arte milenario,

de haberte esperado tanto,

he despertado mirando,

lo que hubiera imaginado.

 

Y entre los cauces del sueño,

me he levantado escribiendo,

el regusto que quedaba,

de entre los besos que tengo,

que quedaron en silencio,

enredando entre mis dedos.

 

En los versos recitados,

murmurados y escondidos,

te confieso el sentimiento,

que nunca se me ha perdido,

y aunque me quede manchado,

del tiempo que no he vivido,

te añorare por las noches,

aquellas que no nos vimos.


Recién tatuada en el alma

la última calavera,

y desplegando las velas

de mi ultimo escalón,

calculando los vientos

que al alba se balancean,

y recogiendo los sueños

que guardo en mi habitación.

Surcar un mar a lo largo,

remar hasta otro confín,

borrar el norte en la carta,

y batirme por batir,

esperando reencontrar,

esas palabra sin letras,

que me cuenten y me digan,

la dirección a seguir,

navegar sin mas maletas

que tus ultimas palabras,

vestidas para un domingo,

que nos queda por vivir,

de la vida por hacer,

de un miedo por describir,

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A veces…

A veces,

En la linea divisoria del cansancio,

Me atrevo a imaginar,

Y son las letras reunidas de tu nombre,

Se desdibujan y se acercan,

Formando a trazos el contorno deslizado de una imagen,

Piel,

Clara como el sueño que te sueña,

Color,

Encendido al fuego ardiendo de tu pelo,

Tacto,

A manos llenas,

Sabor,

Regusto dulce de los besos que te quiero,

Camino,

Recorrida en el sendero peligroso,

Te persigue,

Escrita y descrita,

Hasta la misma nausea de mirarte.


roto…

En mi sola soledad me miro indefenso,

sin esa palabra inventada que rompió el final de aquello

que se quedó en un intento,

ya solo quedan vestigios,

un relato enamorado,

que hubiera dado su vida por alcanzar el momento

de habernos visto inventados

en un nosotros sin tiempos.


…rallarte…

Apoyao en la suerte de tu rojo claro,

Espero las horas que vienes a verme,

Me escondo en silencio entre tu sonrisa

y aprendo despacio

el juego de palabras

que inventas soñando

mientras ralla el día.

Es inútil decir que pienso quererte,

porque ahuyenta el sueño

en que nos conocimos,

es inútil mentir ensayando besos,

si los besos tienen tu nombre apodado,

esos besos quietos que se escuchan siempre,

los que pinto en ratos

en que no me miras,

son esas las lineas que estamos pintando,

un camino escrito que acaba en mi vida,

cuando el miedo quite hierro a tus heridas,

cuando el sol se ponga y se vaya marchando,

cuando la saliva tenga ese sabor dulce,

de habernos tenido negro sobre blanco.


Out of orden…

Cuantos estados del alma,

Cuantas paradas pasadas,

Cuantos lugares ausentes,

Cuantos quehaceres que fallan.

 

El sonido que no calla,

El líquido de tu mirada,

El tacto que da la espalda,

El final que no comienza,

El comienzo que me falta.

 

Un lugar abandonado,

Un cuento sin moraleja,

Un acento recordado,

Una historia que se aleja.


ojala…

Que un ultimo suspiro

me encuentre musitando el sueño policromado

del color de tu mirada,

al tiempo que pensaba,

en el aroma enamorado de tu nombre.

 

Que el ultimo momento,

me pille por sorpresa

desenvolviendo un beso

que me dejé abandonado,

cerquita de tu cintura.

 

Que mi ultimo adiós,

se quede atascado

obligándote a estar

pegada en mis manos

otras mil primaveras.

 

Que tu ultimo amor,

se quede escondido en un pañuelo,

arrugado,

llevando mi nombre,

bordado contigo.


elena

Se desprendió de mis labios un te quiero aconfesional que terminó encaramándose inquieto a lo largo de su cuello, apoyándose en los besos del resto de mi vida que, si te paras en mitad del silencio, aun se pueden escuchar enamorados a lo largo de las paredes blancas de la habitación, la claridad de su pelo, se asombraba siempre  cuando al caer, terminaba en ese punto perfecto donde su clavícula se engalanaba y asumía con valentía el camino del resto de su cuerpo, es una imagen que mantengo encerrada en el formol de mi cabeza, es un espejismo ocre del espectáculo mas hermoso que jamas he contemplado a este lado de mi hemisferio particular.

Cuando me miraba, ayudada del espectro azul de la vidriera hipnótica de sus ojos, me atravesaba exasperante y se introducía sin miramientos, a cuchilladas, en mis propios pensamientos, y hasta hoy jamas he querido abandonarla.

Sus lineas, dibujadas con el mimo imperecedero de un artista que afincado en la buhardilla mas harapienta de Paris se debate en el encargo extenuante de pintar o la vida, descendían vivaces dibujando a su paso el mas esbelto de los cuerpos que una caja de lápices haya podido ensayar.

El ensanche geográfico de la vida privada de sus senos, bendecía la punta de mis dedos que trataban de aprenderse de memoria el encaje inolvidable de la medida exacta de su circunferencia, y entonces, llegaba en carrozas de tiro el nacimiento selvático de su ombligo, allí recalé cada noche para poder alimentarme del sabor vainilla de aquella piel traída de  alguna montaña blanca y nevada, y aun quedaba el apunte emborronado a carboncillo de la cumbre acompañada de su cintura, hay una escuela abandonada que tiene enmarcado a lo largo de sus paredes, el ultimo esbozo encajado de su talle, un camino eterno, que podrías tardar toda tu vida en recorrer, y que aun hoy no recuerdo haberlo querido terminar, ¿quien desea la locura de acabar nunca el solo del violín que me recitaba el sonido su piel?.

En lo que queda decir, en el sendero perdido y prohibido de la misma oscuridad de su privado, debo guardar el silencio que se espera en mi decoro, pero cuenta mi alma la confesión misma de como encaminé en mi felicidad lo que había justo antes de contar de aquellas piernas, hay repasos escritos sobre la tierra prometida que encajan en la biblia como en el texto que yo escribiría bautizado con su nombre, nombre, principio de palabras que aun rememoro a lo largo del final del camino de su cuerpo, gruñido que susurrado se encariña en el esfuerzo que prefiero de mirarla a cada segundo de la vida que me queda.

Elena vivía en su nombre,

y en su vida mi condena,

Son los sueños que se cuentan,

la reseña de una historia

que llena de manos llenas,

se aferran al sentimiento.

Las que quise que contaran,

las que deseé que fueran,

en las que solo te amaba,

y quise que me siguieras,

en los senderos que escribo,

en mis caricias abiertas,

en los besos que te bebo,

es este amor que me ciega.


seguirte…

Reescribiendo el norte literario de mi imaginación,

me encontraba perseguido,

 del color imperturbable de tus ojos,

y aún antes de aprender,

a querer despertarte de mis sueños,

me impregnaba despacio,

del aroma elaborado de tu piel,

  en la penumbra perturbada de ti misma,

y descifré que despertar,

en este idioma inventado,

sonaba a desesperar,

por no saberme probar,

el valor  de querer dejar,

de besarte…


Queriendo …

Por saberte mirar,

en ese ultimo instante,

de  profundos azules.

 

Dibujarte entretenido,

en tu escueto laberinto,

de pasadizos cegados,

y  al haberte reencontrado

en mi mitad de mis sueños,

calmar contigo el silencio,

con un gemido gritado.

 

No te quiero pensar,

sin quererte decir,

que te sienta mas mía

que el hilo que teje 

la vida en el viento.

 

Y esa imagen sonó,

la del ultimo adiós

que se deja detrás

los momentos escritos,

para así concluir,

que no fue ni será,

ni un tal vez,

ni un quizás,

sino solo el momento,

donde  solo escribir,

que aunque tu no lo sepas,

yo te sigo queriendo …